2021, un año de individualidades
La Región de Murcia ya tiene a sus mejores deportistas del año 2021. Tras el paréntesis, motivado por la pandemia del COVID, tras el aplazamiento por la situación sanitaria, en... Leer más →
El filial del FC Barcelona acabó con la racha de siete jornada consecutivas sin perder del Real Murcia, lo hizo en el peor momento y con la euforia desatada en el entorno grana, que no en la plantilla. En el partido del Mini, con las gordas prácticamente vacías y la presencia de unps 200 aficionados murcianistas, se palpaba en el ambiente que lo sucedido un par de horas antes cuando el primer equipo azulgrana dejó escapar el título de liga, podía influir por negativamente en los jóvenes jugadores de Eusebio Sacristán.
El partido con un Real Murcia valiente y que iba a por la victoria desde el pitido inicial. El técnico grana apostó por el mismo once de las últimas jornadas y en los primeros minutos tuvo sus opciones e incluso el colegiado Lesma López anuló un gol a Kike por un fuera de juego inexistente. Fruto de esa ambición fue el primer tanto del Barça B en un contragolpe, tras una falta lanzada por Saúl, que cogió descolocada a la defensa grana y acabó con el tanto de Munir. A partir de ese momento la historia del partido cambió y el Murcia fue un juguete eN manos blaugranas.
Al final del partido Julio Velázquez se autoinculpó de la derrota indicando que «nada que objetar a la victoria del Barça B. Han sido mejores. Hemos sido ambiciosos y nos ha salido mal. Que nadie culpe a los jugadores si hay alguien culpable de la derrota soy yo».